El impacto del asesinato de Charlie Kirk en la cultura social de Estados Unidos puede compararse con el impacto que tuvo el asesinato de Martin Luther King en su momento. Este evento seguramente revertirá de manera profunda la inclinación extrema a la izquierda de los estadounidenses, trayendo de vuelta a la mayoría de los izquierdistas sumidos en el infierno de la extrema izquierda a la realidad. El 4 de abril de 1968, Martin Luther King, con su muerte, impulsó el movimiento por los derechos civiles de los negros en Estados Unidos. Después de eso, se convirtió en un símbolo casi sagrado; "Black Lives Matter" se ha ido transformando gradualmente en un tumor cultural en Estados Unidos, convirtiéndose en un emblema del pensamiento de extrema izquierda. Por otro lado, Charlie Kirk, como el pensador de derecha más conocido de la nueva generación, es famoso en Estados Unidos por su aguda mente y su poderosa capacidad de debate. La mayor desventaja de la derecha estadounidense es la falta de un santo en el ámbito del pensamiento, alguien que haya derramado sangre y que haya sido elevado al altar como un mártir. Por eso, la derecha siempre se siente incapaz de argumentar con firmeza y no puede citar directamente las palabras de los santos como la base última de su pensamiento. Los de la derecha solo pueden embarcarse en arduos debates, refutando poco a poco los errores de la extrema izquierda. Esta refutación es bastante débil. Ahora, la extrema izquierda en Estados Unidos está llevando a cabo acciones de asesinato similares al terrorismo en todo el país, intentando detener el regreso del pensamiento conservador de derecha mediante asesinatos. Este tipo de asesinatos terroríficos, de hecho, tiene un efecto contraproducente. Con su muerte, Charlie Kirk ha completado la última pieza que le faltaba a la derecha. Desde entonces, se ha convertido en un santo en el ámbito del pensamiento, un santo que puede rivalizar con Martin Luther King, y es el primer santo del pensamiento de derecha moderno. Sus citas clásicas ahora poseen una justicia irrefutable, que puede ser citada y difundida directamente por los conservadores, sin necesidad de más argumentación. Desde esta perspectiva, el asesinato perpetrado por los terroristas de extrema izquierda es, de hecho, una excavación de su propia tumba.