Lo que se está haciendo evidente rápidamente es que para los proyectos que pretenden lanzar una plataforma de criptomonedas de alta escalabilidad, la implementación como un protocolo de ejecución de Ethereum (EEP) es sin duda la compensación más inteligente en el espacio blockchain. Un EEP, también conocido como capa 2, hereda las garantías de seguridad de la red principal de Ethereum y permite la conexión sin confianza con otros EEP. Esta configuración desbloquea enormes ventajas de interoperabilidad sin afectar apenas a la escalabilidad, ya que Ethereum sólo necesita una sobrecarga mínima de verificación. Esto es posible gracias a dos innovaciones que cambian las reglas del juego: • Construcción Rollup: Una estructura de datos jerárquica basada en el árbol de Merkle que agrupa las transacciones fuera de la cadena en un único compromiso compacto publicado en la red principal de Ethereum. Las transacciones o estados individuales dentro del rollup se pueden verificar rápidamente a través de las pruebas de Merkle. • Pruebas de fraude y validez: Las pruebas de fraude (para rollups optimistas) y las pruebas de validez sucintas (para rollups ZK) garantizan la integridad y la corrección de la ejecución fuera de la cadena, eliminando la carga de volver a ejecutar cada transacción en la cadena. Las principales entidades mundiales ya reconocen estas ventajas. Líderes de la industria como Coinbase (Base), Robinhood (Robinhood L2), Sam Altman de OpenAI (World Chain), Ant Digital de Alibaba (Jovay), Sony (Soneium), Deutsche Bank (Memento) y Kraken (Ink) han lanzado o se han comprometido con sus propios EEP, lo que subraya la creciente centralidad de Ethereum en el panorama de la cadena de bloques de alto rendimiento.