¿Por qué muchas personas que hacen grandes cosas eligen mantener una distancia física o legal con su país de origen? Este fenómeno puede parecer, a primera vista, que implica traición o huida, pero desde un análisis estratégico, hay varias razones fundamentales detrás de ello: Los límites espaciales determinan los límites de acción. En lugares donde el sistema regulatorio es opaco, la libertad de expresión está restringida y la propiedad privada carece de garantías estables, los emprendedores o innovadores enfrentan no incentivos institucionales, sino incertidumbre institucional. Si tienes éxito, el país se apropia de tus logros; si fracasas, terminas en la cárcel. Cuando trasladas tu entidad, tu lugar de registro o incluso tu identidad personal a jurisdicciones más abiertas, como las Islas Caimán, Dubái o Singapur, obtienes una inmunidad a nivel institucional. Muchas veces, alejarse del país no es por traición, sino para preservar la capacidad de jugar a largo plazo. El sistema financiero determina qué tan grandes pueden ser las cosas. El capital es el combustible que permite que un proyecto crezca, no un premio por hacerlo bien. La mayoría de los sistemas financieros en economías en desarrollo son cerrados y con un poder altamente entrelazado. En este contexto, la financiación a menudo requiere política y búsqueda de recursos, en lugar de depender únicamente de modelos de negocio, lógica técnica o demanda del mercado. Fuera de tu país, puedes liquidar en cualquier momento usando USDT/USDC, conectar con capital de riesgo internacional e incluso mapear acciones en la cadena para emitir y comerciar tokens de gobernanza; este es un modelo de crecimiento completamente diferente. La estructura social afecta la tolerancia al error. El país de origen a menudo significa una sociedad de conocidos, vínculos de identidad y estratificación de clases. Si provienes de un entorno común, cometer un error localmente puede manchar tu reputación de por vida; mientras que en una nueva jurisdicción y una estructura social desconocida, tienes el derecho de redefinirte. Esto es crucial para quienes hacen grandes cosas: sin una segunda oportunidad, no hay lugar para el pensamiento a largo plazo. La geografía es una metáfora política. Cuando estás cerca del centro, los recursos que obtienes pueden ser mayores, pero también es más fácil ser monitoreado, manipulado o convertido en un peón; mientras que al distanciarte y construir una estructura nómada (registro en otro lugar, residencia en otro lugar, múltiples identidades), obtienes poder de negociación, opciones y un colchón de seguridad. Hacer grandes cosas no se basa en la impulsividad, sino en ventajas estructurales. Y la estructura a menudo debe crearse geográficamente. Alejarse no significa desvincularse; la distancia es para mantener el control. Alzo la vista hacia la luna brillante, bajo la cabeza pensando en mi hogar. Estando en tierras extranjeras, mi corazón está en Han; ¿cuándo he olvidado por un momento a Yan Huang?